The weakness in the Stoic position is, in fact, its refusal to come to terms with the fragility of happiness. We have met a parallel temptation in classical epistemology: the refusal to come to terms with the fallibility of judgement. The epistemological temptation is embodied in the fallacious argument from 'Necessarily, if I know that p, then p' to 'If I know that p, then necessarily p'. The parallel temptation in ethics is to argue from 'Necessarily, if I am happy, I have X' to 'If I am happy, I have X necessarily’. This argument, if successful, leads to the denial that happiness can be constituted by any contingent good that is capable of being lost (Cicero, Tusc. 5. 41). Given the frail, contingent natures of human beings as we know ourselves to be, the denial that contingent goods can constitute happiness is tantamount to the claim that only superhuman beings can be happy

La debilidad de la posición estoica es, de hecho, su negativa a aceptar la fragilidad de la felicidad. Nos hemos topado con una tentación paralela en la epistemología clásica: la negativa a aceptar la falibilidad del juicio. La tentación epistemológica está encarnada en el argumento falaz que va desde "Necesariamente, si sé que p, entonces p" hasta "Si sé que p, entonces necesariamente p". La tentación paralela en ética es argumentar desde "Necesariamente, si soy feliz, tengo X" hasta "Si soy feliz, necesariamente tengo X". Este argumento, si tiene éxito, conduce a la negación de que la felicidad pueda estar constituida por cualquier bien contingente que sea capaz de perderse (Cicerón, Tusc. 5. 41). Dada la naturaleza frágil y contingente de los seres humanos tal como sabemos que somos, negar que los bienes contingentes puedan constituir la felicidad equivale a afirmar que sólo los seres sobrehumanos pueden ser felices.