Ideas happen when the time is right for them. The ground had been prepared. Gothic fiction had been all the rage for some time: dark, driven men had wandered the corridors of their ancestral homes, finding secret passages and dead relatives, magical, miserable, occasionally immortal; while the questing urge of science had discovered that frogs could twitch and spasm, after death, when current was applied, and, in an era of change, so much more was waiting to be discovered. Brian Aldiss points to Frankenstein as the first work of science fiction (which he defines as hubris clobbered by nemesis) and he may be right. It was the place where people learned we could bring life back from death, but a dark and dangerous and untamable form of life, one that would, in the end, turn on us and harm us. That idea, the crossbreeding of the gothic and the scientific romance, was released into the world, and would become a key metaphor for our times. The glittering promise of science, offering life and miracles, and the nameless creature in the shadows, monster and miracle all in one, back from the dead, needing knowledge and love but able, in the end, only to destroy … it was Mary Shelley's gift to us, and we would be infinitely poorer without it.

Las ideas surgen cuando es el momento adecuado para ellas. El terreno había sido preparado. La ficción gótica había estado de moda durante algún tiempo: hombres oscuros y motivados habían vagado por los pasillos de sus hogares ancestrales, encontrando pasadizos secretos y parientes muertos, mágicos, miserables, ocasionalmente inmortales; mientras que el impulso investigador de la ciencia había descubierto que las ranas podían contraerse y sufrir espasmos después de la muerte, cuando se les aplicaba corriente, y, en una era de cambios, había mucho más esperando ser descubierto. Brian Aldiss señala a Frankenstein como la primera obra de ciencia ficción (que él define como arrogancia golpeada por némesis) y puede que tenga razón. Fue el lugar donde la gente aprendió que podíamos resucitar la vida de la muerte, pero una forma de vida oscura, peligrosa e indomable, una que, al final, se volvería contra nosotros y nos haría daño. Esa idea, el cruce del romance gótico y científico, se dio a conocer en el mundo y se convertiría en una metáfora clave de nuestros tiempos. La brillante promesa de la ciencia, que ofrece vida y milagros, y la criatura sin nombre en las sombras, monstruo y milagro, todo en uno, de regreso de entre los muertos, necesitando conocimiento y amor pero capaz, al final, sólo de destruir... era de Mary Shelley. regalo para nosotros, y seríamos infinitamente más pobres sin él.